Hola tú, que llegaste hasta aquí! Ya solo falta que leas lo que escribí y me dejes tu opinión al respecto.
La territorialidad es el espacio de reserva personal; si alguien lo traspasa, me siento mal, incómodo o amenazada. Es la soberanía psicológica individual: mi espacio, mis cosas, mis salidas, mis amigos, mis pensamientos, mi vocación, mis sueños, en fin, todo lo que sea «mi», que no necesariamente excluye el «tu».
Tus canciones, mis canciones y nuestras canciones. Una territorialidad exagerada, lleva a la paranoia. El equilibrio adecuado es aquel donde las demandas de la pareja y las propias necesidades se acoplan respetuosamente.
Aunque ya me referí en parte a este punto, es muy importante recalcar que sin territorialidad no puede haber una buena relación.
Las parejas superpuestas en un ciento por ciento, además de disfuncionales, son planas y tediosas. Se conocen tanto y se comunican tantas cosas, que se les acaba el repertorio. Se pierde el encanto de lo inesperado. Una cosa es entregar el corazón y otra el cerebro.
Nuestra educación ha exaltado el valor de un matrimonio ENCERRADO y sin SECRETOS, como se dice: «Uno no es la mitad de dos; dos sonlas mitades de uno». Siameses, hasta que la muerte los separe.
A muchos les disgusta que su pareja no lo exprese todo, por lo tanto lo consideran falta de lealtad (obviamente no es que este defendiendo el mutismo electivo).
Pero la transparencia total no existe. Más aún, a veces es mejor no preguntar, y otras, no contar. Pondré como ejemplo una historia ficticia, el supuesto caso de una señora que, como no estaba bien afectivamente con su esposo, empezó a sentirse atraída por el mejor amigo de él. Aunque nunca había pasado nada entre ellos dos, una noche de fiesta, ya con algunos tragos de más, él se animó a darle un beso y ella no lo rechazó.
Un tiempo después, en un ataque de sinceridad la mujer no solamente comentó la atracción que sentía por el susodicho, que entre algunas cosas este ya disminuía cada día, sino también el furtivo beso que se dejó robar aquel día.
Ella quedó liviana, tranquila y en paz consigo misma, con Dios y con la humanidad; por otra parte al esposo le costo, varias citas de terapias, una separación transitoria y casi un año de reproches para volver a empezar. No obstante, algo pareció romperse.
Pero si alargamos esta historia y digamos que ya han pasado cinco años, de aquella confesión, estoy convencida que cuando la obsesión se activa,el marido le exige detalles de aquel beso. La pregunta aquí es evidente: ¿Valió la pena comentar el desliz? ¿No podría ella haber buscado una solución menos»sincera» y dramática?. La mayoría de hombres nunca olvidan «las canitas al aire de su mujer»
Y no, no soy psicóloga, si es que los estás pensado, ni mucho menos experta en temas de pareja, simplemente es algo que me llama la atención, y he estado leyendo mucho acerca del tema, y eso me hace querer compartir lo que aprendo, y sobretodo porque tengo una relación.
¿Y tú guardas secretos?
¿Le cuentas todo a tu pareja?
Me gustaría leer tu opinión…
Que tengas un lindo tiempo 🙂
Lindo lindo… 💓