Nunca nadie nos prepara para el dolor, el enojo, la ausencia, estas emociones tan fuertes que todos tenemos que experimentar. Y cuando por primera vez nos toca tenerlas cara a cara, no sabemos como sobrellevarlas, muchas veces tomamos el camino incorrecto para poder lidiar con ellas.

Pero cual será el camino correcto? acaso existe uno, pues si desde pequeños no nos apresuraran en crecer, y mejor nos enseñaran el verdadero significado de las situaciones, pero que es lo que hacen, siempre nos dicen cuando seas grande lo entenderás… y porque mejor no nos van explicando que las etapas de la vida son tan cortas, que la presencia de las personas cercanas son fugaces, y que la ausencia es permanente.

En mi corta vida he tenido que despedirme de la presencia de personas que mi corazón las había atesorado como permanentes, y aunque mis ojos jamás las volverán a ver, mis oídos siempre van extrañar esa risa, esa voz.

Y me pregunto, el porque los adultos nos decían que al crecer entenderíamos, si en esta etapa es cuando mas confundidos estamos al respecto de estas situaciones. Como lo dije al inicio nadie nos prepara para esto, nos toca aprender solos, y hacernos fuertes para comprender que cada vez que digamos un adiós permanente estaremos expuestos a volver experimentar aquel dolor que ya conocimos , y ahora sabemos que es el ciclo de la vida.

Es momento de abrazar cada día, dar toda nuestra energía, amor, y todo lo que queremos compartir con este universo, porque una vez más solo tenemos el hoy. A veces pensamos que todo estará igual siempre, que nada va hacer modificado, creemos tanto en la «normalidad» que damos por hecho que al cerrar nuestros ojos al final del día, todo va a continuar como lo hemos dejado.