Tal vez, sea exactamente eso lo que hace a las conexiones así de mágicas. El hecho de que sean tan inusuales, tan excepcionales. Una casualidad inesperada, un punto de cambio en el tiempo.
Entenderse sin tantas palabras, conocerse sin tantas explicaciones.
Sentirse comprendido, resguardado, vulnerable. Abrirse. Aún sin entender del todo lo que esta sucediendo, pero con la certeza de que es exactamente lo que necesitábamos. La sensación de conocerse de antes, pero sin saber de donde. He escuchado que en esta vida, solo existen los reencuentros. Es verdad que hay preguntas para las cuales no existen respuestas certeras. Lo que si puedo asegurar es que hay encuentros donde, sin saberlo, también nos terminamos encontrando a nosotros mismos.