Pasa que muchas veces nos encontramos corriendo en algo que a final de cuenta nos está desgastando, y no disfrutamos del proceso por esperar llegar a la meta, pero cada vez nos sentimos más lejos de alcanzarla, porque siempre ocurre algo en el trayecto que nos hace esperar un poco más, para al fin llegar a donde queremos a veces queremos que sentirnos queridos y aprobados por los demás creyendo que así seremos felices y completos.
Quizás llevabas tiempo corriendo en algo, y no llegas a la meta, porque recién en el camino descubres que la meta ya no es tan importante como creías al inicio, y es que esperar que te quieran no debe ser una meta para emprender una carrera, llevas mucho tiempo con subidas y rectas en esa carrera, y cada vez sientes más cansancio y estas más lejos de llegar.
Y es cuando decides abandonar esa carrera, para emprender otra en la que su meta es querer a todos como a ti mismo, van pocos minutos de esa carrera y ya te sientes tan a gusto, que sin haber llegado a la meta ya estás ganando, cada minuto que transcurre de carrera es como si la vuelves a empezar porque te sientes con las mismas energías con la que entraste a esta carrera, aquí no hay afán, y es menos desgastante, ya no tienes que esperar, para sentirte feliz, porque al final descubres que se trata de dar, más que de recibir, y es más fácil.
Siempre que se pueda cambiar cambia, evoluciona, no te quedes por creer que ya no se puede volver a empezar, por temor o compromiso.
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