Llegaste cómo un comienzo; de semana, de mes, de año, un lunes…
Pero no dejas de ser ENERO… hace ya un par de años que he tratado de ignorarte fingiendo cada día como que no tienes nombre, como si solo eres lunes, martes, un jueves, y un domingo cualquiera, sin embargo los recuerdos son más fuertes, y por más que trate de hacerlos pasar desapercibidos es imposible.
Si me regreso un par de años, unos 15 más o menos, no tenía conciencia de cómo eras, no lo recuerdo con exactitud, luego voy recordándote como un mes largo, un poco gris, y hasta un poquito divertido…
Volviendo al ahora, solo puedo verte más gris y sintiendo que dueles, dueles cada día, y una parte de mi desesperadamente grita que acabes ya.
Y por más que siento no quererte, tengo que agradecerte porque me has enseñado a vivir un día a la vez, a reconocer lo efímero que somos. No podemos cambiar el pasado, pero podemos modificar el presente.