Ese pellizco en el corazón, esa sensación de tenerlo todo, de felicidad, de emoción, de ganas que todos sean felices. Ese estado de sentirnos tan plenos, de mirarnos al espejo y reír, de bailar esa canción que nuestra lengua no deja de tararear.

Qué estamos bien, que a nuestro ritmo todo fluye, que no es una competencia, los procesos pueden venir en corto, mediano y largo plazo, pero a su tiempo todo encajará. Cuando sabes que te perteneces, y que el amor más bonito que mereces eres es cuidarte a ti.

Muchas personas gastan gran parte de su tiempo, buscado cómo encajar dentro de un grupo, queriendo demostrar a otra persona que son suficientes, pero qué hay de ellos mismos, por un momento se han detenido a preguntarse cómo están, si lo que hacen los acerca más a ellos o a otras personas? Y aunque esté muy de moda querer llegar a otros, alcanzar la atención de muchos allá fuera, pero solo no dejes que en el afán de alcanzar a otros te alejes de ti, ya que al final del día podrías terminar cerca de un extraño.

Por eso es muy importante crear una relación de conexión única contigo, que todo lo que quieres expresar con los de afuera, sea lo que ya tienes en ti.