Me convertí en una persona cero invasiva, tolerante al desapego, permisiva, respetando la ausencia, la distancia de los demás, el tiempo de ellos y sus emociones.
Comprendí que si yo puedo tener días complicados los demás también están en su derecho a tomar distancia y dejarse sentir lo más cómodos posibles.
Aunque muchas veces sentí que me pertenecían, hoy comprendo con mejor claridad que no se puede esperar que las personas no cambien. Es normal evolucionar y buscar más de lo nuevo.
Y quizás por eso ahora estoy donde estoy, sin esperar nada, si exigir nada. Bienvenido sea el que dese llegar, al que se fue y si un día considera volver aquí siempre estará su lugar.
Como dije antes respetando los tiempos de todos.
Cuidando desde lejos.